En 2019 un total de 4.635 personas fueron atendidas por la ONG.

La Asociación cántabra Nueva Vida ha publicado en su página web el resultado de un año de trabajo en el que han aumentado los beneficiarios y los recursos para atenderles adecuadamente. “Cada vez llegamos a más personas”, asegura Julio David García Justamante, gerente de Nueva Vida.

“Nuestras acciones están dirigidas a frenar la exclusión económica y social que genera la desigualdad y que sufren muchas personas”, apunta.

Un ejemplo de ello es el Programa para la atención de necesidades básicas desde donde dan respuesta a situaciones de emergencia social con la provisión de servicios básicos. Según un informe elaborado en 2019 por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, en Cantabria un 25% de la población está en riesgo de exclusión. Un porcentaje por debajo de la media española pero que indica que “hay vecinos y vecinas en nuestra región que no tienen lo más básico. El mundo está mal repartido y hay una parte importante de nuestra comunidad que lo vive en carne propia”.

El año pasado 3.592 personas se acogieron a este programa. Algunas llegan a la organización directamente, otras son derivadas por los servicios sociales. “Es un trabajo conjunto para garantizar los recursos más básicos”, sostiene.

Nueva Vida atiende también colectivos con características particulares o en contextos altamente vulnerables.

Es el caso de mujeres prostituidas o que desean salir de la prostitución y víctimas de trata con fines de explotación sexual. “España es uno de los países con mayor consumo de prostitución en toda Europa y a nivel mundial”, subraya García. Es difícil contabilizar cuántas mujeres prostituidas son víctimas de trata, “lo que sí sabemos es que, si hay demanda, hay trata. También sabemos que la mayoría se prostituyen porque no les queda otra”. Desde la ONG tratan de dar solución a las mujeres que deciden salir de la prostitución, sean víctimas de trata o no. “Tenemos un Programa de Atención Integral. Desde ahí se las protege, se las cuida y se les da la posibilidad de empezar de nuevo”. El año pasado fueron atendidas 455 mujeres, entre las cuales también había menores de edad.

Otro de los programas históricos de la organización es el de Intervención Social y terapéutica en el Medio Penitenciario. Se lleva a cabo en colaboración con el Centro Penitenciario El Dueso y el Centro de Integración Social José Hierro. El año pasado 596 personas fueron atendidas. “La privación de libertad debe servir para dotar a las personas de las herramientas que les sirvan para comenzar de nuevo cuando llegue el momento de salir. En ese proceso de reinserción nosotros hacemos un acompañamiento terapéutico, tenemos dos recursos de acogida temporal, y varios proyectos enfocados a la inserción socio-laboral”, explica García.

Por otro lado, Nueva Vida es una de las organizaciones que en Cantabria acoge solicitantes de asilo y protección internacional. El año pasado un total de 218 personas fueron atendidas, lo que supone un aumento considerable con respecto al año pasado gracias a la apertura de un segundo centro de acogida en Arrigorriaga, País Vasco.

“La acogida de personas que huyen de la violencia o de situaciones que no les permite vivir en libertad o dignamente es fundamental. El pueblo español fue exiliado, ahora toca acoger. Así de simple”.

La formación y el empleo también son clave en la actividad de la organización. Desde el Programa Incorpora, trasversal al resto de programas, se promueve la inserción socio-laboral de colectivos vulnerables. Esta iniciativa, financiada por la Fundación La Caixa, es implementada por diferentes organizaciones en distintas provincias. El año pasado nuestra comunidad obtuvo los mejores resultados en términos de inserciones laborales. Destacando las de personas privadas de libertad. “El desarrollo o el progreso de las sociedades pasa por la igualdad de oportunidades y esto se ve claro en estos programas”, reconoce Julio.

En suma, la ONG atendió en 2019 un total de 4.635 personas. Un año que también destaca por la consolidación de vínculos con otras entidades, el trabajo en red con organismos públicos y con organizaciones sociales que también buscan construir un mundo más justo y equitativo.

Infografía: “Lo que dicen los números”

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