La crisis del coronavirus está golpeando duramente a la sociedad, especialmente, a los más vulnerables. Por eso, organizaciones como Nueva Vida están redoblando sus esfuerzos tratando de llegar a todas las personas que lo necesiten.

Un albergue juvenil reconvertido en residencia para personas sin hogar, líneas telefónicas abiertas a toda la población para atender crisis emocionales o una red de personas voluntarias presentes en Cantabria y País Vasco, para echar una mano durante el confinamiento.

Son muchas las iniciativas solidarias que han surgido para hacer frente a esta situación. También desde la administración regional y local se están movilizando recursos en colaboración con organizaciones y empresas privadas. ‘Este virus lo paramos juntos’ es la consigna.

Un ejemplo de ello es la puesta en funcionamiento del albergue juvenil ‘Gerardo Diego’, como residencia temporal para personas sin hogar durante la crisis del coronavirus. Hace unos días, la Dirección General de Juventud, responsable de la gestión de los albergues juveniles en Cantabria, cedió el centro a la Dirección General de Políticas Sociales, que puso en manos de la ONG Nueva Vida, la coordinación y organización de este servicio.

Durante 4 días se ha trabajado a contrarreloj, «en un tiempo récord hemos dispuesto el espacio, organizado el equipo de trabajo y acogido a las primeras personas», ha señalado Julio David García, coordinador del centro y gerente de la ONG.

Un total de 36 personas sin techo, entre hombre y mujeres, podrán ser alojadas en esta casona ubicada en Solórzano. Con cabida también para animales de compañía. Además de la cobertura de las necesidades básicas, la Asociación «va a aprovechar para mantener conversaciones positivas que promuevan nuevas perspectivas de vida y abran el camino hacia la reintegración en la sociedad de estas personas».

Además, entre otras actividades, las personas usuarias podrán pasear o hacer deporte en el recinto, así como realizar talleres de fotografía o manualidades. Todo ello, bajo estrictas condiciones y normas de prevención contra el coronavirus. En este sentido, el centro también cuenta con equipos de protección facilitados por el Gobierno regional y por empresas privadas que colaboran de manera voluntaria.

Las personas alojadas en este albergue han sido derivadas de diferentes instituciones, entre otras, los servicios sociales de Santander y Torrelavega, el Hospital de Santa Clotilde, el Ayuntamiento de Colindres, y el de Puente Nansa, así como por particulares preocupados por la atención a las personas sin hogar de su comunidad. Se espera que en una semana todas las plazas estén ocupadas.

Otras iniciativas

Desde la semana pasada, la Asociación también ha ampliado la cobertura de alguno de los servicios que proporciona normalmente a los grupos de riesgo con los que trabaja, y que ahora trata de hacer llegar a todas aquellas personas que lo necesiten.

Por un lado, la ONG mantiene abiertas varias líneas telefónicas, en funcionamiento de lunes a domingo, desde donde su equipo de psicólogos ofrece herramientas y pautas «para que resulte más fácil aceptar la situación que vivimos». La crisis del coronavirus está generando emociones que no estamos acostumbrados a gestionar, «la ansiedad, el nerviosismo o el miedo, son muy frecuentes en situaciones de aislamiento propias de una cuarentena por epidemia», asegura la ONG.

Además, como resultado de estas consultas telefónicas, la ONG ha editado un documento con preguntas y respuestas frecuentes y que está disponible en español en su página web.

Por otro lado, a través de su red de voluntarios, presente en varios puntos de esta región, se están atendiendo a personas en situación de dependencia, con dificultad para hacer tareas básicas, o con alto riesgo de contagio, como las personas mayores. Actividades como hacer la compra de alimentos o productos de farmacia, pasear animales de compañía, o hacer recados imprescindibles son algunas de las tareas que realiza el equipo de voluntarios.

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