Hace ya más de un mes del estallido de la guerra y la gente de los barrios sigue en pie, apoyando, organizándose y preguntándose “qué puedo hacer”.
Desde que estallara la guerra en Ucrania, en Cantabria ha habido una enorme ola de solidaridad. Por un lado, las administraciones regional y local han activado recursos para atender y acoger a familias ucranianas. Por otro lado, desde el Gobierno de Cantabria han tratado de coordinar toda la ayuda que se está prestando -tanto de entidades como de individuos-, y han puesto en marcha un punto de atención con un número de teléfono.
Pero a nivel más micro, a nivel de barrio, de juntas vecinales, de comunidades religiosas, de familias, se ha movilizado mucho apoyo. Las personas quieren ayudar y lo están haciendo desde el minuto uno.
Esto es evidente en Peñacastillo donde desde hace semanas vecinos y vecinas se han empeñado a fondo para colaborar “donde haga falta.”
Lo cuenta una de las vecinas del Barrio de San Martín del Pino. “Empezamos dos vecinas. Sabíamos que desde los centros cívicos se estaba haciendo acopio de productos de primera necesidad y desde allí se llevaba todo a un almacén en Cajo, donde se hacía el reparto. Así que pensamos que podía ser útil un centro donde clasificar todo”. Hablaron con un conocido del barrio que tenía un local sin uso y al día siguiente ya tenían las llaves.
“Desde entonces, aquí, no paran de llegar personas del barrio, tanto para donar como para prestar su ayuda”. Mientras quien nos atiende continúa contando cómo se han organizado, ha entrado una vecina para apuntarse a una lista de personas voluntarias para atender el local. Nos explican que “de esta forma, podemos tener abierto en la mañana y en la tarde”.
Al rato ha llegado un grupo de estudiantes de 6º de primaria con las mochilas cargadas de productos. “Han venido andando desde el Colegio Verdemar”. La visita coincide con un grupo de Protección civil que viene a cargar de productos las camionetas para llevarlas hasta el almacén.
En este punto, la colaboración entre entidades públicas y privadas, y vecinos de diferentes barrios, es evidente que funciona de manera precisa y sin fallos. Han organizado una auténtica “cadena de montaje”.
Explican que un centro comercial de la zona también se ha sumado a esta iniciativa y que han habilitado un espacio para recepcionar donaciones de alimentos en sus instalaciones. “Un cartel anuncia la ubicación exacta muy cerca de las cajas”, aclaran.
Por otro lado, cuentan que estuvieron buscando camiones grandes para hacer llegar parte de las donaciones a la población ucraniana que está en la zona de frontera con Hungría. Así encontraron a una empresa de ascensores. “Llamamos directamente, les contamos lo que necesitábamos y enseguida sumamos un trailer más a la flota que estaba preparada en Cajo”. Nos cuentan que a día de hoy ya se han fletado siete trailers de distintas empresas.
“También hemos ayudado a unas familias ucranianas a salir de allí” y comienza a relatar el periplo de 3 mujeres y 5 niños muy pequeños hasta llegar a Cantabria. “Lo hemos hecho junto con la asociación ucraniana en Cantabria OBERIG”. Ahora están aquí viviendo en un piso que ha prestado la misma empresa de ascensores y han podido realizar las primeras gestiones (protección internacional, escolarización y clases de español) a través de la ONG Nueva Vida.
Mientras continua la conversación, el Centro de clasificación -donde ahora también se hacen repartos directos a familias ucranianas que han llegado a Cantabria-, sigue a pleno rendimiento. De 10:00 a 20:00 con descanso para comer. Algunos voluntarios se dejan caer para sustituir a sus vecinas. Y aprovechan para ponerse al día, y de paso, tejen redes y fortalecen lazos mientras comparten la experiencia de apoyar a otros barrios de otras ciudades, de otros países, no muy lejos de aquí, a personas que pondrían ser nosotros mismos.
Antes de despedirnos nos recuerdan el número de teléfono para hacer donaciones de alimentos y ropa – 665566428-, y lanzan un deseo al aire “ojalá la gente no se olvide pronto de todo esto y sigan apoyando el tiempo que se necesite”.
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